1--------(JA K’ACHEELAAJ)
Ja rusaqariik nib’iixani’, jee k’a
chokopaa toq nikii k’axaajii’
nee b’iixaani’ eejee’e choqojaa.
Ja ruuxlajayu’ ruk’olon k’a rii’
rayob’een k’a neelto’ nee xaajoo’
k’a ja taq chee’ rumaal.
------------(EL BOSQUE)
La aurora cantando con su
Intrépida voz, la madriguera
De los animales y esto al oírlo
Se unen a su canto.
Mientras que el viento aguarda su
Castillo, esperando el momento
Para hacer bailar los árboles.
Azteca
EL AVE ROJA DE LA DIOSA
El ave roja de Xochiquetzal
se deleita, se deleita sobre las flores.
Bebe la miel en diversas flores:se deleita,
se deleita sobre las flores.
Incas
Demencia senil
Altos corredores
aleados con gotas de aluminio
¿Qué es esto de perderse y encontrarse?
En este aforismo venidero
un agudo cincel congela su canción alborotada
y el delirio abre sus rejas de ayer.
Címbalos, avispan el cerebro cual chispa
¡Oh ciudad de los gritos!
Libérale en cordero de Dios y sacramento.
La guardia civil siembra fusiles y pólvora negra
serpenteando en su cabeza,
estallan en guerra.
La vejes no entiende de tiempo,
perdido en reloj sin manija
con locura se cobija,
embarcándose en telegramas
de voces viejas y heladas;
Siempre viajan
en el lado equivocado,
donde al sol le entra pereza,
donde el respaldo está helado.
Viajan solas las memorias;
en esencia consumada,
la visita de su adiós,
de su brisa contenida
Ya no hablan,
ni siquiera escuchan;
cierran los ojos y miran
los cuerpos recién nacidos,
a los que ya no tiene vida.
En tanto que la profundidad lo envuelve,
un muro llora sin poder autor-retratarse…
Altos corredores
aleados con gotas de aluminio
¿Qué es esto de perderse y encontrarse?
En este aforismo venidero
un agudo cincel congela su canción alborotada
y el delirio abre sus rejas de ayer.
Címbalos, avispan el cerebro cual chispa
¡Oh ciudad de los gritos!
Libérale en cordero de Dios y sacramento.
La guardia civil siembra fusiles y pólvora negra
serpenteando en su cabeza,
estallan en guerra.
La vejes no entiende de tiempo,
perdido en reloj sin manija
con locura se cobija,
embarcándose en telegramas
de voces viejas y heladas;
Siempre viajan
en el lado equivocado,
donde al sol le entra pereza,
donde el respaldo está helado.
Viajan solas las memorias;
en esencia consumada,
la visita de su adiós,
de su brisa contenida
Ya no hablan,
ni siquiera escuchan;
cierran los ojos y miran
los cuerpos recién nacidos,
a los que ya no tiene vida.
En tanto que la profundidad lo envuelve,
un muro llora sin poder autor-retratarse…
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